Hoy traemos una receta para los amantes del pan, que pueden transformarlo con un sencillo toque de avellanas en un producto más sabroso y especial. Aunque la receta es un poco trabajosa merece la pena probarlo.
Ingredientes
Para la masa madre:
150 gr. de harina de fuerza
170 gr. de agua tibia.
1/2 cubito de levadura de panadero
Para la masa de pan:
La masa madre.
250 gr. de harina de fuerza. Si necesitamos más la vamos añadiendo a medida que amasamos.
50 gr. de harina de espelta.
1/2 cubito de levadura prensada.
150 gr. de agua.
Media cucharadita de sal.
75 grs de avellanas troceadas
Preparación
Lo primero que hacemos es la masa madre o formiento. Mezclamos en un bol todos los ingredientes (harina, agua y levadura) y con una cuchara de madera removemos bien hasta que consigamos deshacer los grumos de la harina. Reservamos una cucharadita de avellanas picadas para utilizarla mas tarde para decorar.
Lo dejamos reposar toda la noche tapado con un paño. Al día siguiente añadimos a la masa madre las dos harinas, la sal y el agua tibia donde habremos disuelto la levadura, lo mezclamos todo bien.
Sobre la meseta enharinada depositamos la masa y amasamos hasta que quede muy fina. Si vemos que necesitamos más harina la vamos añadiendo poco a poco, tiene que quedar con cuerpo pero no dura.
La dejamos reposar en un bol tapada con un paño hasta que doble su volumen, aproximadamente unas dos horas, más o menos, esto dependerá del calor del ambiente.
Cuando vemos que ha subido bastante, lo volcamos sobre la meseta enharinada y la volvemos a amasar para quitar el aire, lo mejor es golpearlo fuerte y amasarlo un poco con los nudillos.
Cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal. Para formar la rosca metemos los dedos en el medio de la masa y empezamos a estirarlo hasta conseguir la forma que queramos, el agujero central tiene que ser bastante grande, porque al volver a levar la masa se hará más pequeño, y en el horno un poco más todavía.
Colocamos la rosca sobre la bandeja del horno, añadimos las avellanas reservadas y la volvemos a tapar y la dejamos subir hasta que doble su volumen, aproximadamente otra hora más.
Cuando veamos que le queda poco para subir encendemos el horno a 200 grados en posición ventilador o 240 grados en posición arriba y abajo. Es muy importante que el horno esté caliente para que el pan suba y no quede duro.
Un truco es meter en el suelo del horno es una fuente con unos cubitos de hielo para aportar la humedad necesaria al pan.
Lo dejamos cocer una media hora aproximadamente, para comprobar queestá cocido lo golpeamos con los nudillos y tiene que sonar hueco, también podéis pincharlo por un lateral con un palillo, si sale limpio está, si no lo dejamos unos 5 minutos más.
Al sacarlo lo dejamos enfriar sobre una rejilla. A ver qué tal os queda.
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