Ingredientes:
½ kg. de sonrisas (ibéricas por supuesto) en caso de no encontrarlas porque su carnicero como es lógico, aún no sabe cuál es la pieza, puede utilizar la parte del cerdo que más le guste, paletilla, carrillera, secretos…
100 grs. de tocino fresco
300 ml. de vino blanco
1 litro de agua
2 cucharadas de concentrado de tomate
2 cucharadas de harina
2 zanahorias
1 cebolla
2 puerros
1 corazón de apio
1 ramito de hierbas (perejil, salvia, cebollino)
1 hueso de ternera
1 carcasa se pollo
Aceite de oliva, sal
Elaboración:
Cortar en daditos el tocino y las verduras limpias.
En una cazuela poner un poco de aceite de oliva, y sellar las sonrisas, cuando estén doraditas sacar y reservar.
En esa cazuela añadir el tocino freír bien y añadir las verduras y las hierbas.
Añadir la harina y remover bien hasta que se dore, en este punto añadir el vino blanco, dejar evaporar el alcohol, agregar el agua y el concentrado de tomate, mezclar bien y añadir el huso de ternera y la carcasa de pollo, cocer con el recipiente tapado al menos 40 minutos, “desespumando” de vez en cuando.
Finalizada la cocción retirar el hueso y la carcasa y colar la salsa.
Volver a ponerla en la cazuela e incorporar las sonrisas fritas y dejar que vuelva a cocer el conjunto unos 10 minutos para que se mezclen bien los sabores.
Espero que os guste y sobre todo me hace mucha ilusión sacar a la luz una receta absolutamente inédita hasta ahora no por la salsa que es famosa sino por el ingrediente principal.
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